WARISATA ESCUELA-AYLLU
1931-1940
Introducción
La cuestión es la reconstitución del
pensamiento filosófico productivo educativo de la Escuela Ayllu, bajo los
principios de complementariedad y reciprocidad con la comunidad y la
naturaleza. Las preguntas del problema son: ¿Si existe una tradición del ocultamiento
del aprendizaje productivo por las políticas educativas, las bases filosóficas
de la Escuela Ayllu no están visibilizadas actualmente? ¿El aprendizaje
productivo de la Escuela Ayllu se manifestará como opción para el país?
Existe
el ocultamiento de muchas experiencias entre ellas la práctica pedagógica de la
Escuela Ayllu, una educación que favorezca a las mayorías nacionales, es decir,
el Estado Boliviano fundado en 1825, ha seguido las líneas educativas
implantadas en el coloniaje. Un modelo educativo para grupos privilegiados por
la corte de España en América.
Ya en la República, el modelo educativo se ha profundizado llegando a un estado calamitoso y egoísta incluso con la Reforma Educativa de 1994, porque nos impusieron una educación que respondía a los intereses de las empresas trasnacionales e ideologías imperialistas, por ejemplo, el empleo en las aulas las estructuras de las “competencias” cognitivas, que construyen solamente el conocimiento ideal del individuo y se olvidan de las prácticas en sí de la ciencia, tecnología y la técnica.
No se habla de talleres, de industrias ni mucho menos de trabajo socializado productivo, como sobrevive en las comunidades indígenas originarias.
El aprendizaje productivo
Sin
duda es una opción para el país, a través de la reconstitución del pensamiento
filosófico productivo educativa de la Escuela Ayllu de Warisata, porque si no
retomamos las huellas productivas del pasado aymara -quichua, de otras
nacionalidades indígena- originarias y la experiencia de Warisata, estaremos al
borde del colapso económico y al filo de la culminación como cultura y como
país.
La Escuela Ayllu de Warisata es un hito de resistencia educativa en la historia de ideas pedagógicas en Bolivia porque ha iniciado y desarrollado la educación productiva-comunitaria. La experiencia del aprendizaje productivo de la Escuela Ayllu en Bolivia, tuvo su expresión más alta en los años 1931 hasta 1940, donde se ha ejercitado el trabajo ligado no solamente a la economía sino esencialmente a la sabiduría aymara - quichua.
El aprendizaje productivo Consistía en:
La Escuela Ayllu de Warisata es un hito de resistencia educativa en la historia de ideas pedagógicas en Bolivia porque ha iniciado y desarrollado la educación productiva-comunitaria. La experiencia del aprendizaje productivo de la Escuela Ayllu en Bolivia, tuvo su expresión más alta en los años 1931 hasta 1940, donde se ha ejercitado el trabajo ligado no solamente a la economía sino esencialmente a la sabiduría aymara - quichua.
El aprendizaje productivo Consistía en:
Construir
el aprendizaje fructífero en la producción de los alimentos, las vestimentas y
el funcionamiento de las famosas “industrias warisateñas”, talleres de telares
para alfombras, carpintería para muebles, fabricación de tejas, etc. Toda esa
experiencia pedagógica fue primero calumniada, saqueada y luego ocultada. La calumnia
consistió en acusar a la Escuela Ayllu de “comunista” y de “explotador del
indio”. El saqueo consistió en la destrucción total de los talleres.
En fin, fue ocultada la experiencia pedagógica de la Escuela Ayllu para beneficio de la clase élite gobernante y el mantenimiento de millones de personas de la clase popular indígena en la ignorancia y la pobreza.
Por eso, la resistencia educativa de la Escuela Ayllu tiene mucha importancia actualmente, ya sea como respuesta ideológica y la concientización a través de la educación para la liberación no sólo de las ataduras o miedos de pueblos oprimidos y esclavizados, sino esencialmente la reconstitución del amor al trabajo socializado y la producción comunitaria.
La responsabilidad productiva tiene raíces en los pensamientos y las prácticas profundas de la cultura andina a través de las ayudas recíprocas concientes como el Ayni, Minka y otros. Por ejemplo, el Ayni, “su ser y esencia está en el principio de reciprocidad y complementariedad. El Ayni es una síntesis de diversidad y unidad, de libertad y necesidad en vivir comunidad, por eso es particularidad y totalidad.
Es una relacionalidad que recupera la tercera opción lógica, el elemento incluyente como característica fundamental del pensamiento andino”[ii]. Estas sabidurías han permitido la transmisión de labores comunitarias en generaciones a través de la educación por el ejemplo. Así, existe en el país un accionar ético - moral como responsabilidad productiva en las sabidurías andinas.
En Warisata, los gestores en complementariedad son la educación pragmática y activista de Elizardo Pérez, orientado por una estructura lógica del monismo, como se basa el pensamiento griego - europeo, es decir, bajo el modelo individual. Y el aprendizaje comunitario de Avelino Siñani que en su estructura lógica de conocimiento establece “nosotros primero y después el yo”.
Dichas formas de vida en complementariedad ha dado una unidad consistente con la creación de la primera Escuela Indigenal en Bolivia denominada Escuela Ayllu. Por eso, la Escuela Ayllu de Warisata fue fundada en un medio rural para preparar al indígena y solucionar el problema; socio-económico y cultural del indígena. Surgió como resistencia comunitaria - filosófica a varios siglos de explotación colonialista que se ejercía y se ejerce actualmente contra los pueblos indígenas originarios.
Sin embargo, siempre han entendido los pueblos originarios de los Andes, de dónde venimos, qué estamos haciendo y adonde vamos, a partir del reconocimiento de sí mismos como entidad cultural autentica. Sin duda, es existencia desde lo más profundo del ser y lógica, una forma de vida y de morir con identidad propia, es la visibilización de nuestras potencialidades para no sólo trascender sino comprender la misión de vida en equilibrio con la naturaleza.
Por eso, el trabajo pedagógico en la Escuela Ayllu estaba en reciprocidad con la comunidad y la naturaleza a través de las labores agropecuarias y los talleres, concibiendo así una “escuela productiva” bajo una trilogía de “estudio, trabajo y producción”. Este hecho nos muestra que la educación estaba dirigida con una visión trascendental que establecía un nuevo tipo de relación entre la educación y la producción.
Sorprendiendo, altamente esta pedagogía en esos tiempos en el ámbito nacional e internacional, cual es la de preparar al estudiante por, en y para la vida con un trabajo creativo dentro la comunidad. Según la filosofía de los fundadores de la Escuela Ayllu el nuevo educador debía ser capaz de construir su escuela, equipar, implementar talleres, fundar núcleos con producción agrícola, organizar asistencia social, impulsar el mejoramiento del hogar, bilingüe, etc.
Precisamente, orientaron los lineamientos transformadores de la educación hacia el aprendizaje productivo en la Escuela Ayllu. Actualmente, la educación se caracteriza por una idealización del “intelectualismo” y la separación perversa del estudio del trabajo en el sistema nacional educativo; como resultado existen actitudes en la población que menosprecian el trabajo manual y productivo. Por eso, exhortaba Carlos Salazar Mostajo:
“Los reto públicamente a asumir el papel tal como nosotros lo hicimos, a cumplir con el más supremo valor la responsabilidad inherente, a sacudirse del marasmo en que ha caído la profesión de profesor, a imitar las virtudes de la generación de Warisata” Es decir, el “imitar las virtudes de la generación de Warisata (1931 - 1940)”, es practicar la educación productiva integral en el ejercicio de la docencia, por cierto, ahora ocurre lo contrario porque así lo determinaron las políticas educativas imperantes.
Aunque, el plan estatal de 1926 de educación popular de Simón Rodríguez planteaba una escuela de “artes, oficios y talleres”, pero los habitantes de la capital de Bolivia, Sucre, tildaron de “loco” a Rodríguez, porque afectaba a los intereses de la clase dominante. En el Código de la Educación de 1955, se enuncia como base de la educación boliviana, “es activa, vitalista y de trabajo Pero, en realidad no se ha llevado a cabo en la práctica.
En las bases filosóficas de la reforma educativa (1994) ya no se menciona la educación productiva. Por lo tanto, revisadas las bases filosóficas de las políticas educativas anteriores del país, parece que no se han establecido las bases filosóficas de la educación productiva como políticas educativas del Estado. Como resultado de aquello, la población actual desprecia al trabajo manual y técnico, valorando el intelectualismo doctoril, militarismo y sacerdotal cristiano.
Al extremo no sólo de aniquilar la cultura madre de los pueblos originarios, sino exterminar todo rasgo de economía comunitaria. Eso, ha sido la labor central del modelo neoliberal pro imperialista de los gobiernos entreguitas de los recursos naturales, asimismo ha afectando seriamente la sabiduría de los pueblos andinos originarios.
Frente al problema es construir una educación respondiendo a la realidad cultural, económica, social, y política. En base a las necesidades reales de la población escolar y de la comunidad como se ha trabajado en la Escuela Ayllu.
En fin, fue ocultada la experiencia pedagógica de la Escuela Ayllu para beneficio de la clase élite gobernante y el mantenimiento de millones de personas de la clase popular indígena en la ignorancia y la pobreza.
Por eso, la resistencia educativa de la Escuela Ayllu tiene mucha importancia actualmente, ya sea como respuesta ideológica y la concientización a través de la educación para la liberación no sólo de las ataduras o miedos de pueblos oprimidos y esclavizados, sino esencialmente la reconstitución del amor al trabajo socializado y la producción comunitaria.
La responsabilidad productiva tiene raíces en los pensamientos y las prácticas profundas de la cultura andina a través de las ayudas recíprocas concientes como el Ayni, Minka y otros. Por ejemplo, el Ayni, “su ser y esencia está en el principio de reciprocidad y complementariedad. El Ayni es una síntesis de diversidad y unidad, de libertad y necesidad en vivir comunidad, por eso es particularidad y totalidad.
Es una relacionalidad que recupera la tercera opción lógica, el elemento incluyente como característica fundamental del pensamiento andino”[ii]. Estas sabidurías han permitido la transmisión de labores comunitarias en generaciones a través de la educación por el ejemplo. Así, existe en el país un accionar ético - moral como responsabilidad productiva en las sabidurías andinas.
En Warisata, los gestores en complementariedad son la educación pragmática y activista de Elizardo Pérez, orientado por una estructura lógica del monismo, como se basa el pensamiento griego - europeo, es decir, bajo el modelo individual. Y el aprendizaje comunitario de Avelino Siñani que en su estructura lógica de conocimiento establece “nosotros primero y después el yo”.
Dichas formas de vida en complementariedad ha dado una unidad consistente con la creación de la primera Escuela Indigenal en Bolivia denominada Escuela Ayllu. Por eso, la Escuela Ayllu de Warisata fue fundada en un medio rural para preparar al indígena y solucionar el problema; socio-económico y cultural del indígena. Surgió como resistencia comunitaria - filosófica a varios siglos de explotación colonialista que se ejercía y se ejerce actualmente contra los pueblos indígenas originarios.
Sin embargo, siempre han entendido los pueblos originarios de los Andes, de dónde venimos, qué estamos haciendo y adonde vamos, a partir del reconocimiento de sí mismos como entidad cultural autentica. Sin duda, es existencia desde lo más profundo del ser y lógica, una forma de vida y de morir con identidad propia, es la visibilización de nuestras potencialidades para no sólo trascender sino comprender la misión de vida en equilibrio con la naturaleza.
Por eso, el trabajo pedagógico en la Escuela Ayllu estaba en reciprocidad con la comunidad y la naturaleza a través de las labores agropecuarias y los talleres, concibiendo así una “escuela productiva” bajo una trilogía de “estudio, trabajo y producción”. Este hecho nos muestra que la educación estaba dirigida con una visión trascendental que establecía un nuevo tipo de relación entre la educación y la producción.
Sorprendiendo, altamente esta pedagogía en esos tiempos en el ámbito nacional e internacional, cual es la de preparar al estudiante por, en y para la vida con un trabajo creativo dentro la comunidad. Según la filosofía de los fundadores de la Escuela Ayllu el nuevo educador debía ser capaz de construir su escuela, equipar, implementar talleres, fundar núcleos con producción agrícola, organizar asistencia social, impulsar el mejoramiento del hogar, bilingüe, etc.
Precisamente, orientaron los lineamientos transformadores de la educación hacia el aprendizaje productivo en la Escuela Ayllu. Actualmente, la educación se caracteriza por una idealización del “intelectualismo” y la separación perversa del estudio del trabajo en el sistema nacional educativo; como resultado existen actitudes en la población que menosprecian el trabajo manual y productivo. Por eso, exhortaba Carlos Salazar Mostajo:
“Los reto públicamente a asumir el papel tal como nosotros lo hicimos, a cumplir con el más supremo valor la responsabilidad inherente, a sacudirse del marasmo en que ha caído la profesión de profesor, a imitar las virtudes de la generación de Warisata” Es decir, el “imitar las virtudes de la generación de Warisata (1931 - 1940)”, es practicar la educación productiva integral en el ejercicio de la docencia, por cierto, ahora ocurre lo contrario porque así lo determinaron las políticas educativas imperantes.
Aunque, el plan estatal de 1926 de educación popular de Simón Rodríguez planteaba una escuela de “artes, oficios y talleres”, pero los habitantes de la capital de Bolivia, Sucre, tildaron de “loco” a Rodríguez, porque afectaba a los intereses de la clase dominante. En el Código de la Educación de 1955, se enuncia como base de la educación boliviana, “es activa, vitalista y de trabajo Pero, en realidad no se ha llevado a cabo en la práctica.
En las bases filosóficas de la reforma educativa (1994) ya no se menciona la educación productiva. Por lo tanto, revisadas las bases filosóficas de las políticas educativas anteriores del país, parece que no se han establecido las bases filosóficas de la educación productiva como políticas educativas del Estado. Como resultado de aquello, la población actual desprecia al trabajo manual y técnico, valorando el intelectualismo doctoril, militarismo y sacerdotal cristiano.
Al extremo no sólo de aniquilar la cultura madre de los pueblos originarios, sino exterminar todo rasgo de economía comunitaria. Eso, ha sido la labor central del modelo neoliberal pro imperialista de los gobiernos entreguitas de los recursos naturales, asimismo ha afectando seriamente la sabiduría de los pueblos andinos originarios.
Frente al problema es construir una educación respondiendo a la realidad cultural, económica, social, y política. En base a las necesidades reales de la población escolar y de la comunidad como se ha trabajado en la Escuela Ayllu.
Desarrollo
Mariano Ramos, Elizardo Pérez y Avelino Siñani
Hace ochenta años, en el atardecer del día 2 agosto de
1931, Avelino Siñani, campesino y arriero aimara, y Elizardo Pérez, profesor
rural, se estrechaban en un abrazo jubiloso: Había concluido la faena comunal
con que se iniciaba la construcción del local de una escuela para niños de
Warisata, en el norte de Bolivia. Aunque los unía el mismo sueño,
probablemente no imaginaban entonces que, al cabo de pocos años, la escuela que
fundaban se convertiría en la mayor experiencia de educación rural en América
Latina.
No obstante el brillo estelar de Warisata, su creación
no constituyó un hecho aislado en el continente. Durante la primera mitad del
siglo XX, los pueblos indígenas andinos lucharon ardorosamente por conseguir
escuelas para sus niños. En una época en que dominaba el gamonalismo en el
campo, hubo líderes y maestros indígenas que sufrieron persecución y amedrentamiento
por el solo hecho de fundar una escuela o gestionar la creación de un centro
escolar. Uno de estos líderes fue Avelino Siñani, que aprendió a leer y
escribir a ocultas del hacendado y se propuso compartir ese saber con los niños
aimaras de su comunidad en una humilde “escuela” que él mismo creó en 1919.
Años después, Siñani conoció al profesor Elizardo Pérez, que había sido enviado
por el gobierno boliviano para trabajar en la región. Unidos por una misma
visión, comenzaron la tarea de construir un escuela para Warisata. Siñani
contaba ya con el respeto de su comunidad, y Elizardo Pérez se lo fue ganado
por el empeño que ponía en la labor. Con ellos al frente, y cada vez con mayor
participación de las comunidades aimaras de Sorata, se fue levantando la
escuela con un modelo educativo de veras innovador.
El edificio mismo habría de tener en pocos años una
estructura inusual. Además de las aulas y un ambiente para la dirección,
tenía un pabellón de internado con cinco dormitorios, con capacidad para 150
personas. Además, contaba con ambientes para talleres de carpintería, tejidos,
alfombras, herrería, y un terreno extenso para el huerto. En medio de los
edificios, un patio con jardines donde florecían gladiolos y kantutas. El
espíritu creador de los dos líderes, uno campesino, el otro citadino, animó a
los comuneros. Las crónicas que describen la empresa varían un tanto, pero
todas hablan de jornadas intensas de trabajo colectivo con tradición comunal,
por turnos, con ceremonias y cantos acompañados de tarkas y pinkillus. El
principio no fue feliz. Tuvieron que pasar semanas para conseguir que los
comuneros vencieran sus recelos y se sumaran al esfuerzo de los dos pioneros,
que, solos, comenzaron a preparar el terreno. Mientras se avanzaba con la
construcción, pared por pared, techo por techo, se desarrollaban las labores
escolares con una población que concertaba sus tiempos para estudiar y trabajar
en sus campos, como es tradición en el Ande. En ocasiones, las comunidades
cercanas prestaban su apoyo. Carlos Salazar Mostajo, que fue profesor en
Warisata, recuerda emocionado la faena comunal realizada en cinco días para
reabrir un acueducto “inkaico” que llevaría agua al huerto y las chacras
de la escuela desde las lejanas faldas del Illampu, nevado protector de Sorata.
Alumnos de la escuela de Warisata
La escuela de Warisata se fue perfilando como distinta
a las demás. El edificio que la albergaba no fue construido siguiendo un molde
general de las escuelitas indigenales bolivianas. No; fue erigido para
ser un ambiente de trabajo y aprendizaje, para acciones distantes de la rutina
donde, en medio del silencio andino, se escucha el coro de niños que repiten
una lección. Tampoco iba a ser –no lo fue- un lugar que permanecería vacío en
ciertos días y épocas. En Warisata no había “vacaciones escolares”: se
trabajaba todo el año, en consonancia con el calendario productivo de la
comunidad, y las labores no terminaban pasado el medio día, como se acostumbra
en los sistemas escolares, porque siempre había alumnos y maestros trabajando
aun llegada la noche. Esto sucedía porque Warisata no era solamente una escuela
de niños. Allí, junto los pequeños de Jardín (de 4 a 7 años) y los de la
sección Elemental (hasta los 10 u 11 años), concurrían los jovencitos de la
sección Vocacional, y, finalmente, escogidos entre los mejores, los de la
Profesional, una de cuyas secciones era la Normal, de la cual egresaron
maestros rurales que dejaron huella en muchos lugares del gélido altiplano boliviano.
Por los años en que existió Warisata, los planes de
estudio del sistema boliviano eran concisos, con rubros más bien generales.
Esto permitió que en la escuela se desarrollaran programas propios ligados a la
realidad campesina del norte boliviano, con acciones ejecutadas muy cerca de la
comunidad y con participación de la misma. Un año no era igual a otro, porque
los asuntos cambiaban. Años después, se acusaría a los maestros de Warisata de
no tener una planificación en regla, como lo disponían las autoridades de La
Paz. Muy difícil debió ser para los maestros de Warisata el intento de
encasillar en documentos administrativos lo que se hacía en una verdadera
escuela de trabajo, ámbito donde los aprendizajes escolares se entretejían con
las labores de producción agrícola o artesanal. Una granizada podía hacer que
todos abandonaran sus lechos para salvar a medianoche los almácigos, suceso que
sería examinado después para ganar experiencia; la rotura de un eje podía
quebrantar la rutina de producción en un taller y dar lugar a explicaciones de
mecánica; la floración de la quinua, la limpieza de una acequia, el nacimiento
de un ternero, todo podía ser ocasión de aprendizaje, para los comuneros
mayores de manos encallecidas y para los niños y adolescentes, que seguían
siendo el centro de la atención pedagógica
La escuela de Warisata hizo realidad las normas
del Estatuto Orgánico de la Educación Indigenal, aprobado en 1919, que
contenía ideas avanzadas para su época; pero las llevó más allá. No estaba
previsto en el Estatuto que Warisata llegaría a tener un personal de 54
personas, conformado no solo por profesores sino también por “maestros” de
labores productivas, músicos, poetas, “curiosos”. Dos escritores puneños y un
artista cusqueño se cuentan entre el personal que laboró en la escuela, a la
que llegaron también José Antonio Encinas y
Gamaliel Churata. Tampoco estaba previsto que los comuneros intervendrían en el
gobierno de la escuela, como en efecto sucedió desde que fue conformado un
Consejo de Administración integrado con autoridades comunales, y que actuaba
siguiendo las normas tradicionales para tomar acuerdos y hacerlos cumplir.
La escuela de Warisata pronto se convirtió en el
centro de un núcleo conformado con tres escuelas más, dos unidocentes y una
polidocente incompleta, que recibieron su influjo saludable. Años después, el
número de escuelas integrantes del núcleo se elevó a 33. Y así, con una escuela
central y escuelas seccionales en torno, se constituyó un modelo de
organización valioso para el altiplano, donde la dispersión de las poblaciones
da lugar a pequeñas instituciones escolares también dispersas y aisladas. Luis
E. Valcárcel –que fue Ministro de Educación (1945,1946-1947) del Presidente
Bustamante- daría después un gran impulso a los Núcleos Escolares
Campesinos, de los cuales puede ser precursor al núcleo escolar de Warisata.
Local de Warisata al final de la década
En un medio social hostil a la educación del indígena,
la escuela ayllu no fue vista con buenos ojos. Se tiene noticia de muchos
actos en contra, inspirados por los intereses de los gamonales y mineros de la
época. Por orden de uno de ellos fue destruido el acueducto antiquísimo; el
hermano de Elizardo Pérez, que llevaba en mulas de arriero útiles escolares
para Warisata, fue tomado preso acusado de delincuente; las autoridades de
educación de la capital desaprobaban la gestión pedagógica y administrativa de
la escuela; los profesores fueron acusados por la prensa de conspiración
comunista; hasta se decía que Warisata era causa de la migración de campesinos
a las ciudades, puesto que ya conocían otros oficios. La escuela ayllu resistió
nueve años y pudo avanzar mientras contó con algún soporte gubernamental y con
el reconocimiento internacional. El Presidente Germán Bush –el último en
apoyar a Warisata- decretó que el 2 de agosto, aniversario de Warisata, fuera
considerado como el Día del Indio; la ley de Reforma Agraria de 1953 fue
promulgada un 2 de agosto, y ese día es ahora, por decisión del gobierno
presidido por Evo Morales, Día de los Pueblos Originarios.
Al margen de los homenajes, mucho es lo que podemos
aprender de la experiencia de la escuela ayllu de Warisata, pero lo más
importante tal vez sea esto: La educación rural es posible en la medida en que
tenga perfiles propios y no sea mero calco de la educación urbana. Para ello se
necesita creatividad, compromiso y osadía, calidades que tuvieron los
conductores de Warisata durante los nueve años que la escuela pudo sobrevivir.
No es arriesgado decir que la escuela de Warisata
tiene mucho parecido con la Colonia Gorki, dirigida por Antón Makarenko, la
otra gran experiencia de educación ligada al trabajo productivo. Entre ambas
experiencias no hubo –no podía haberlos- vasos comunicantes; pero lo común
entre ambas fue la inserción del trabajo productivo en la educación.
Encinas pasó un mes en Warisata, pocos años después de
la publicación de su Ensayo de escuela nueva en el Perú (Lima, Minerva,
1932). Poco sabemos de esa estadía, salvo que dictó cursos para maestros, probablemente
de sicología del niño, asunto que le preocupaba mucho.
Es importante señalar que este modelo educativo constituyó un hito histórico importante en la Educación Boliviana que asimiló aspectos fundamentales de la educación precolombina, específicamente de la cultura incaica, que se orientaba hacia metas de beneficio comunitario y colectivo asumiendo tareas determinadas de acuerdo a las edades con el fin de lograr la productividad.
Esta Escuela de Trabajo se desarrolló bajo los
fundamentos bien definidos: en lo político fue una escuela anti-feudal y
anti-imperialista que buscó la liberación de las masas indígenas de Bolivia en
la lucha contra el régimen de la servidumbre.
En lo sociológico se constituyó en una escuela
socialista y/o colectivista donde se practicó el ayni, la mink’a, el tupu, la
sayaña, la aynocka.
Como fundamento económico se destaca como una escuela
productiva, a través de la agricultura, la ganadería y los talleres como la
carpintería; la alfarería, tejidos y otros que fueron fuentes de auto
sostenimiento; el fundamento pedagógico de este modelo fue una escuela única,
laica y bilingüe.
En lo cultural adoptó una educación por el arte en la
música, el teatro, la literatura, la plástica, y finalmente en lo filosófico es
importante hacer mención la trilogía de ama sua, ama llulla, ama kella (no seas
ladrón, no seas mentiroso, no seas perezoso).
El modelo
Warisata
Fue muy diferente a una escuela transmisionista donde
el alumno es un mero receptor pasivo de conocimientos, es decir, distinto a la
educación escolástica y enciclopédica de la colonia y el feudalismo de
procedencia europea donde el contexto y contenidos son dogmáticos y ajenos a la
realidad, que lamentablemente persiste en la educación actual con consecuencias
en que el estudiante es individualista, consumista, dependiente, acrítico, con
baja autoestima y complejo de inferioridad.
Con el advenimiento de un gobierno que responde a las
demandas de la clase marginada y excluida, la educación se orienta hacia un
cambio estructural, con una mirada incluyente, eliminando todo tipo de
injusticias para brindar igualdad de oportunidades.
En este contexto, se plantea una educacion
descolonizadora, comunitaria, productiva, científica, intracultural,
intercultural y plurilingüe que se sustenta fundamentalmente en los postulados
de la Escuela Indigenal de Warisata.
Asimismo, en el modelo pedagógico histórico, si se
quiere también en un currículo de corte crítico, en este panorama es producto
de las luchas sociales en la perspectiva de la liberación y transformación
económica, social, político e ideológico enfatizando una interrelación
dialéctica en la unidad teoría-práctica, relación entre la ciencia y realidad,
el trabajo productivo de acuerdo al desarrollo individual y social.
Se orienta también en la recuperación y desarrollo de
los saberes, conocimientos y lengua de las naciones indígenas que en algunos
casos están en proceso de extinción; tiene una perspectiva para la
interrelación y convivencia simétrica entre las culturas del Estado
Plurinacional y del contexto mundial.
En este sentido, más allá de una reforma educativa en
el país, constituye una Revolución Educativa orientada hacia los cambios
estructurales del Estado Plurinacional.
Para asumir este proceso educativo, el desafío es
enorme para todos sus actores, en particular para los profesionales de la
enseñanza (profesores), a quienes como componentes centrales les corresponde
asumir un rol con compromiso social y de verdadera vocación de servicio, para
ello es fundamental el cambio de actitud de los docentes.
En esta línea para ejercer un liderazgo intelectual y
moral, es necesario que se conviertan en profesionales intelectuales y
transformativos para ayudar a los estudiantes a desarrollar una fe profunda y
duradera en la lucha para superar las injusticias económicas, políticas y
sociales, asimismo se necesitan también docentes al margen de investigadores
con capacidad para combinar la reflexión y la práctica académica con el fin de
formar estudiantes reflexivos, críticos y productores a partir de su cultura.
Otro aspecto que es importante para meditar, es
referido a la participación comunitaria con poder de decisión en la gestión de
procesos educativos.
En ese sentido es vital que asuman una participación
con mucha honestidad y responsabilidad dejando de lado intereses personales o
de grupo que lastimosamente se percibe aún en la situación actual, para evitar
dificultades y problemas, es necesario establecer los márgenes de actuación.
De la misma manera es fundamental sensibilizar y
brindar una orientación adecuada que les permita asumir el rol para el
desarrollo de la educación con perspectivas hacia los profundos cambios.
Finalmente, es importante también referirse a la
administración del Sistema Educativo. En este contexto, es necesario que las
autoridades del nivel central y de niveles subalternos desarrollen un trabajo
que realmente coadyuve al cambio radical que se tiene planteado.
Desde esta mirada es fundamental que los cargos
jerárquicos sean ocupados por profesionales idóneos y conocedores de la
realidad educativa, con principios plenamente revolucionarios y comprometidos
con los cambios estructurales en la perspectiva de un desarrollo educativo,
económico, cultural y social en una situación de igualdad de oportunidades.
El pensamiento de la Escuela Ayllu de Warisata
La
cuestión es la reconstitución del pensamiento filosófico productivo educativo
de la Escuela Ayllu, bajo los principios de complementariedad y reciprocidad
con la comunidad y la naturaleza. Las preguntas del problema son: ¿Si existe
una tradición del ocultamiento del aprendizaje productivo por las políticas
educativas, las bases filosóficas de la Escuela Ayllu no están visibilizadas
actualmente? ¿El aprendizaje productivo de la Escuela Ayllu se manifestará como
opción para el país?
Existe el ocultamiento de muchas experiencias entre ellas la práctica pedagógica de la Escuela Ayllu, una educación que favorezca a las mayorías nacionales, es decir, el Estado Boliviano fundado en 1825, ha seguido las líneas educativas implantadas en el coloniaje. Un modelo educativo para grupos privilegiados por la corte de España en América.
Ya en la República, el modelo educativo se ha profundizado llegando a un estado calamitoso y egoísta incluso con la Reforma Educativa de 1994, por que impusieron una educación que respondía a los intereses de las empresas trasnacionales e ideologías imperialistas, por ejemplo, el empleo en las aulas las estructuras de las "competencias" cognitivas, que construyen solamente el conocimiento ideal del individuo y se olvidan de las prácticas en sí de la ciencia, tecnología y la técnica.
El aprendizaje productivo sin duda es una opción para el país, a través de la reconstitución del pensamiento filosófico productivo educativa de la Escuela Ayllu de Warisata, porque si no retomamos las huellas productivas del pasado aymara-quechua, de otras nacionalidades indígena-originarias, estaremos al borde del colapso económico y al filo de la culminación como cultura y como país.
Por eso, la resistencia educativa de la Escuela Ayllu tiene mucha importancia actualmente, ya sea como respuesta ideológica y la concientización a través de la educación para la liberación no sólo de las ataduras o miedos de pueblos oprimidos y esclavizados, sino esencialmente la reconstitución del amor al trabajo socializado y la producción comunitaria.
La responsabilidad productiva tiene raíces en los pensamientos y las prácticas profundas de la cultura andina a través de las ayudas recíprocas conscientes como el Ayni, Minka y otros.
Estas sabidurías han permitido la transmisión de labores comunitarias en generaciones a través de la educación por el ejemplo. Así, existe en el país un accionar ético-moral como responsabilidad productiva en las sabidurías andinas.
Sin embargo, siempre han entendido los pueblos originarios de los Andes, de dónde venimos, qué estamos haciendo y a donde vamos, a partir del reconocimiento de sí mismos como entidad cultural autentica. Sin duda, es existencia desde lo más profundo del ser y lógica, una forma de vida y de morir con identidad propia, es la visibilización de nuestras potencialidades para no sólo trascender sino comprender la misión de vida en equilibrio con la naturaleza.
Por eso, el trabajo pedagógico en la Escuela Ayllu estaba en reciprocidad con la comunidad y la naturaleza a través de las labores agropecuarias y los talleres, concibiendo así una "escuela productiva" bajo una trilogía de "estudio, trabajo y producción". Este hecho nos muestra que la educación estaba dirigida con una visión trascendental que establecía un nuevo tipo de relación entre la educación y la producción.
Sorprendiendo, altamente esta pedagogía en esos tiempos en el ámbito nacional e internacional, cual es la de preparar al estudiante por, en y para la vida con un trabajo creativo dentro la comunidad. Según la filosofía de los fundadores de la Escuela Ayllu el nuevo educador debía ser capaz de construir su escuela, equipar, implementar talleres, fundar núcleos con producción agrícola, organizar asistencia social, impulsar el mejoramiento del hogar, bilingüe, etc.
Por lo tanto, la visibilización y la sistematización del pensamiento filosófico educativo productivo de la Escuela Ayllu y de otras experiencias pedagógicas es base esencial, ahora, para una convivencia humana liberadora que genere una Revolución Educativa hacia el aprendizaje productivo-comunitario, tanto para salir de la dependencia y la pobreza como para la reconstitución del país plurinacional.
Existe el ocultamiento de muchas experiencias entre ellas la práctica pedagógica de la Escuela Ayllu, una educación que favorezca a las mayorías nacionales, es decir, el Estado Boliviano fundado en 1825, ha seguido las líneas educativas implantadas en el coloniaje. Un modelo educativo para grupos privilegiados por la corte de España en América.
Ya en la República, el modelo educativo se ha profundizado llegando a un estado calamitoso y egoísta incluso con la Reforma Educativa de 1994, por que impusieron una educación que respondía a los intereses de las empresas trasnacionales e ideologías imperialistas, por ejemplo, el empleo en las aulas las estructuras de las "competencias" cognitivas, que construyen solamente el conocimiento ideal del individuo y se olvidan de las prácticas en sí de la ciencia, tecnología y la técnica.
El aprendizaje productivo sin duda es una opción para el país, a través de la reconstitución del pensamiento filosófico productivo educativa de la Escuela Ayllu de Warisata, porque si no retomamos las huellas productivas del pasado aymara-quechua, de otras nacionalidades indígena-originarias, estaremos al borde del colapso económico y al filo de la culminación como cultura y como país.
Por eso, la resistencia educativa de la Escuela Ayllu tiene mucha importancia actualmente, ya sea como respuesta ideológica y la concientización a través de la educación para la liberación no sólo de las ataduras o miedos de pueblos oprimidos y esclavizados, sino esencialmente la reconstitución del amor al trabajo socializado y la producción comunitaria.
La responsabilidad productiva tiene raíces en los pensamientos y las prácticas profundas de la cultura andina a través de las ayudas recíprocas conscientes como el Ayni, Minka y otros.
Estas sabidurías han permitido la transmisión de labores comunitarias en generaciones a través de la educación por el ejemplo. Así, existe en el país un accionar ético-moral como responsabilidad productiva en las sabidurías andinas.
Sin embargo, siempre han entendido los pueblos originarios de los Andes, de dónde venimos, qué estamos haciendo y a donde vamos, a partir del reconocimiento de sí mismos como entidad cultural autentica. Sin duda, es existencia desde lo más profundo del ser y lógica, una forma de vida y de morir con identidad propia, es la visibilización de nuestras potencialidades para no sólo trascender sino comprender la misión de vida en equilibrio con la naturaleza.
Por eso, el trabajo pedagógico en la Escuela Ayllu estaba en reciprocidad con la comunidad y la naturaleza a través de las labores agropecuarias y los talleres, concibiendo así una "escuela productiva" bajo una trilogía de "estudio, trabajo y producción". Este hecho nos muestra que la educación estaba dirigida con una visión trascendental que establecía un nuevo tipo de relación entre la educación y la producción.
Sorprendiendo, altamente esta pedagogía en esos tiempos en el ámbito nacional e internacional, cual es la de preparar al estudiante por, en y para la vida con un trabajo creativo dentro la comunidad. Según la filosofía de los fundadores de la Escuela Ayllu el nuevo educador debía ser capaz de construir su escuela, equipar, implementar talleres, fundar núcleos con producción agrícola, organizar asistencia social, impulsar el mejoramiento del hogar, bilingüe, etc.
Por lo tanto, la visibilización y la sistematización del pensamiento filosófico educativo productivo de la Escuela Ayllu y de otras experiencias pedagógicas es base esencial, ahora, para una convivencia humana liberadora que genere una Revolución Educativa hacia el aprendizaje productivo-comunitario, tanto para salir de la dependencia y la pobreza como para la reconstitución del país plurinacional.
Warisata y el desencanto criollo:
“INDIO LETRADO, INDIO ALZADO”
Warisata, la Escuela-Ayllu, es una de las más sobresalientes experiencias educativas impulsadas por indígenas para indígenas, que por su doctrina alcanzó a propagarse e imitarse incluso en otros países del continente americano. Es fundada el 2 de agosto de 1931 (CEA, 2003: 34) en la localidad del mismo nombre, de la provincia Omasuyos del departamento de La Paz – Bolivia. La fundación de Warisata estuvo ligada a una postura beligerante, que planteaba la defensa de los derechos del indio[1], la conservación de su gran herencia cultural, el mantenimiento de sus instituciones sociales y económicas como el Ayni, Mink`a, Jayma, Ayllu, Aynuqa, Sayaña, Etc. (Salazar, 1997: 73), pero siempre ligada a tierra y territorio. Y no necesariamente a resistencia y expansionismo como afirma Brienen (2005).
Si bien tal definición de sus propósitos
fue la razón de su éxito y de su celebridad internacional, fue asimismo la
causa de su liquidación tras diez años de vida (1931-1940), ya que los
regímenes de gobierno no podían consentir que una escuela de ese tipo
prosperase y se multiplicase, sin el riesgo de socavar los fundamentos mismos
de su estabilidad política y de sus privilegios de clase criolla dominante
(Salazar, 1997: 73), una de cuyas bases residía justamente en la servidumbre.
Warisata, es un hito que marca el inicio y el fin de una experiencia sin igual
en la historia de la educación boliviana, por ello es fundamental seguir
explorando en las razones de su destrucción para una reflexión que evite un
nuevo fracaso a las nuevas generaciones.
Iniciemos afirmando que Warisata es el
resultado de varias experiencias particulares llevadas de manera clandestina,
por otros indígenas y caciques como Santos Marka T`ola, Pablo Zárate
Willka, entre otros en décadas pasadas, que luego es canalizado por Avelino
Siñani al que se uniría Elizardo Pérez en representación del Estado boliviano.
En el esfuerzo conjunto de Siñani y Pérez se organiza una escuela que estuviera
al servicio de la comunidad, que respondiera a las necesidades inmediatas de la
población indígena (Salazar, 1997: 73-82), esta obra es realizada por voluntad
colectiva y no por el sistema del esclavismo, de un rey o de una casta criolla
dominante.
La escuela contaba con más de 200 niños
internos, mantenidos con recursos propios, los niños crecían sanos y fuertes
con condiciones admirables, el campesino empezaba a obtener frutos de la
escuela (Salazar, 1997: 88) desde el préstamo de sementales con que mejoraba su
ganado y lo más importante, se habría la comunicación entre el Ayllu y la
escuela.
Muy pronto la oligarquía criolla arremetió
contra Warisata, apoyada en una serie de maniobras y calumnias infundadas por
parte de marka q`aras o vecinos de los hacendados de Achacachi. En abril
de 1934, había comenzado una persecución a sus máximos líderes entre ellos
Siñani y Pérez, pero el ultraje seguido de flagelamiento más salvaje, fue
cometido por el Corregidor de Achacachi Sixto Hernán, en contra de Mariano
Huanca y Pedro Rojas (CEA, 2003: 38). La estrategia de los gamonales criollos,
fue desvirtuar y distorsionar los objetivos reivindicativos, acusando a
Warisata de ser un centro de programación comunista y rebelión indígena (CEA,
2003: 38). Es importante hacer notar que durante esta etapa se producen una
serie de emedrentamientos y persecuciones a maestros y estudiantes de los otros
núcleos escolares afines a Warisata, pese a ello la labor continuaba hasta
llegar a 1940.
La administración de Warisata estuvo a
cargo del Parlamento Amauta, integrado por campesinos, maestros y alumnos
(Salazar 1997: 75-82). Lo primero que hicieron los destructores de la educación
campesina, fue suprimir este gobierno –Parlamento Amauta-, negando en absoluto
la intervención del indio en los asuntos de la escuela (Salazar 1997: 83),
torpeza que jamás fue remediada probablemente con el propósito de impedir que
el “siervo” pudiese discutir acerca de su propio destino.
Elizardo Pérez (1992) menciona a Byron y
Donoso Torres como los autores de la muerte de Avelino Siñani, tras un fuerte
altercado verbal llevado el 30 de enero de 1941, en un intento por salvar la
escuela. El 31 de enero como consecuencia de la tristeza que embargaba a
Siñani, éste muere, y muere con él el sueño de todo un pueblo que había luchado
por su liberación a través de la educación. Es pertinente aclarar que éste no
es un tema cargado emocionalmente, ni ligado a simple apología sin bases
reales, sin sentido.
Recapitulando, Warisata es el fruto de la
inquietud de un pueblo, funciona por esfuerzo del indígena, tiene una educación
orientada al “ayllu”, es amenazada y calumniada por los criollos constantemente
hasta su destrucción.
Los motivos de la destrucción pueden ser
varios, pero sobresalen el interés de las élites gobernantes eliminar cualquier
intento de superación y administración de instituciones educativas de indios
para indios.
La responsabilidad de este desastre es
imputable a las esferas jerárquicas de educación rural y a los regímenes de
gobiernos de la época que permitieron la destrucción de Warisata y los que
nunca hicieron nada por restaurar sus doctrinas.
Warisata es el resultado de una serie de
luchas del propio pueblo indígena, por ello la doctrina responde cabalmente a
ese pueblo, y no tiene que ser entendido como un intento de acabar por completo
con el ayllu, si bien existió la participación estatal a través de Elizardo
Pérez, estuvo ligada al apoyo con maestros para Warisata, más la construcción y
toda la filosofía era el reflejo de las aspiraciones de un pueblo reprimido por
varios años.
Finalmente el temor expresado de las
élites criollas ante la educación de los indígenas, el desencanto traducido en
términos de “Indios letrados, indios alzados”, es una de las razones para su
destrucción, ligado a la traición y desunión de algunos indígenas.
La
escuela ayllu está unida al nombre del Tata Santiago Poma, Aymara de la
legendaria Achaqachi quien a fines del siglo XIX,
quiso levantar una escuela en su comunidad, por eso fue capturado y conducido a
la cárcel, arrastrado por los caballos de los soldados, flagelado, torturado y
encarcelado por tres años; fue perseguido, su propiedad robada y su familia
hostigada. ¡Delito tremendo para un Indio en Bolivia, anhelar su propia
educación! Ya anciano, Poma tuvo fuerzas para ayudar en la construcción de
Warisata y dejó un mensaje que debe ser recordado: "Hace tiempo alcancé
a levantar una pequeña escuela para los niños de la comunidad. Este acto, fue
interpretado como un incalificable delito, y un día …con otros compañeros más,
fui conducido a la cárcel de la capital, atado a la cola de los caballos que
montaban los soldados. Mientras tanto, impunemente, las barretas de los
opresores se encargaban de consumar la obra destructora... El edificio de la
escuela fue demolido. Llegado a la cárcel el fiscal me hizo flagelar… y luego
dispuso mi encarcelamiento, que duró tres años… Hoy me hallo reducido a la
condición de colono, que quiere decir esclavo. Esta escuela /Warisata/ objeto
de nuestras preocupaciones y desvelos, es de los indios, y yo…tomo posesión de
ella en nombre de nuestros abuelos"
Lleva
también esta escuela, los sueños y la lucha de Avelino Siñani quien dio su vida
por la construcción de la Educación Aymara y fue perseguido sañudamente por la
Bolivia criolla, fue preso y torturado, su hijo de 18 años fue maltratado hasta
ser muerto y su hermano apresado, por el delito terrible en la Bolivia criolla,
de fundar escuelas. Cuando Warisata fue destruida el Tata Siñani se murió de
pena. Claro que antes fue perseguido, encarcelado y flagelado. Avelino Siñani
tuvo una visión educacional muy clara, a principios de 1900 estableció varias
escuelas ambulantes indigenales manejadas por los Aymaras mismos (ningún
criollo quería oficiar de maestro) con toda la filosofía Aymara de unión de
trabajo, teoría y la reproducción de la ciencia y cultura indígena.
Las escuelas indígenas Aymaras
Fueron
objeto de una sañuda represión por parte de diferentes gobiernos bolivianos y
también por los gamonales latifundistas que las acusaron de subvertoras del
orden y racistas, desechando su grandeza calificándola de utópica y mesiánica.
Cada uno de los Aymaras y algunos bolivianos solidarios con este proyecto (como
Elizardo Perez, Fausto Aoiz, y otros) fueron perseguidos.
La
normal fue levantada en 1930 con jornadas de trabajo voluntarias de los
comunarios Aymaras, con sus propios aportes, con admirable organización,
constancia, tecnología y arte. Así, se construyeron por ejemplo un acueducto,
talleres de experimentación, aulas e internados que sirvieron a la escuela.
Obras que serían destruidas luego por los bolivianos mestizos.
Desde 1900 al actual año 2003 ha pasado bastante
agua bajo el puente, son 103 años y seguimos gobernados por extranjeros que nos
odian. La "Masacre de Warisata" realizada el 20 de septiembre del
2003 por órdenes del gobierno de la alianza de partidos racistas y de extrema derecha
(MNR, MIR, NFR, UCS) nos ha mostrado que las visiones de mundo de criollos e
indígenas poco han cambiado.
El
ex-ministro de gobierno el yugoslavo Yerko Kukoc se apresuró en ordenar la
detención de catedráticos y estudiantes y afirmó firmemente que "Desde
hace tiempo, tenemos información de gente con ideas radicales. Son
intelectuales que quieren dar formación altamente radicalizadas".
”ESCUELA AYLLU” Escuela integral
Esta educación es integral
porque abarca todas las formas inherentes a un organismo educativo, porque
saliendo de su recinto, se extiende a la comunidad
en su conjunto, combinando aula, tierra y taller, lo que significa la formación
de un hombre estudioso, trabajador de la tierra y capaz de producir con los
recursos del medio ambiente. Estas proposiciones, fueron un desafío respondido
con increíble imaginación, fuerza y convicción y asi Warisata se adelantó a las
más recientes concepciones educativas. Mencionaremos algunas:
Supresión del horario, lo que, lejos de sembrar
el desorden, facilitaba las labores a un grado asombroso.
Supresión de exámenes, eliminando esa carga que
pesaba sobre los niños como una pesadilla y muy normal en las escuelas
europeas.
La co-educación, o sea la educación sin
discriminación de sexos. Su consecuencia, el internado mixto, fue admitida de
modo tan natural en Warisata, que nunca dio lugar a la menor nota negativa en
la relación entre ambos sexos.
La reducción del tiempo de escolaridad. Warisata
tenía un Jardín Infantil, al que ingresaban niños de cuatro a siete años de
edad; una sección Prevocacional o Elemental con tres años de duración, una
sección Vocacional, también de tres años, y una sección Profesional que, con la
sección Normal, no tenía un plazo fijo.
El bilingüismo en la enseñanza, que nunca fue
problema en Warisata.
La formación o educación del espíritu a través
del trabajo, restablecimiento de la moral aimaro-quechua en toda su dimensión.
El desarrollo de cualidades y aptitudes
psicomotoras mediante la plástica, la música y la educación física, problema
hasta ahora escasamente comprendido por la docencia boliviana.
La reducción de la carga curricular suprimiendo
todo aquello que no correspondiera a las necesidades inmediatas de la vida
campesina.
La alimentación y la higiene, como bases para un
desarrollo mental, solucionadas en gran medida con los internados.
Por último, esa decisión inadmisible en la actual
educación campesina, de suprimir también las vacaciones anuales, pues siendo
una empresa de actividad permanente, siendo la vida misma de la comunidad, no
reducida al aula, no tenía sentido interrumpirla ni un solo día.
Con
este sistema, la escuela ayllu se autoabastecía y no tenia casi la necesidad de
la ayuda del Estado. Warisata llegó a tener más de doscientos niños internos de
ambos sexos, mantenidos con los propios recursos de la Escuela, que tenía sus
despensas llenas hasta el techo, resultado de una alta productividad agrícola.
Nuestras aulas eran limpias, amplias, con grandes ventanales, con piso
machihembrado, dotadas de mesas, bancos y sillas fabricados todos en nuestros
talleres. Los jardines tenían flores aún en lo más crudo del invierno; cada
curso tenía lotes de experimentación de cultivos—refuerzo considerable en su
alimentación—bordeados de eucaliptos, pinos, kollis y kiswaras. Nuestros
campos solían ser los únicos que, mediante riego y abono, reverdecían en el
gris del altiplano, quemado por la sequía. La escuela resplandecía de limpia,
sin una mancha, sin una raya; nuestros internos dormían en catres de hierro
hechos en la misma escuela, con higiénicos colchones de totora (kesanas)
tejidos por ellos mismos o por sus padres. Los niños crecían sanos y fuertes,
bien alimentados y vestidos y con admirables condiciones para el trabajo.
RESUMEN
Año 1931, en el Ayllu de
Warisata,
se realiza una asamblea a la que asiste Elizardo Pérez, como representante del
Estado Boliviano y Avelino Siñani, de parte de los comunarios, donde se acuerda
fundar una Escuela. Los comunarios se comprometen a aportar en terrenos,
materiales y mano de obra, el Estado con profesores y capital económico. La
Asamblea termina en un abrazo entre Avelino Siñani y Elizardo Pérez, en señal
de aceptación.
Año 1940, el Núcleo de Warisata, tiene una construcción de dos pisos
de estilo neotiahuanacota, rodeada de sembradíos y de 33 pequeñas escuelas en
las Provincias Los Andes, Omasuyos, Camacho y Larecaja, lo que constituye el
Núcleo o la Marka. La excesiva demanda de profesores rurales y la construcción
de escuelas, originan la Normal para profesores indígenas, fundada hace dos
años con sus respectivos egresados.
Año 1940, sistema Nuclear en Bolivia, cuenta con 16 Núcleos, instituidos
bajo el Reglamento de Educación Indigenal de 1939, y que había concretado toda
la experiencia de Warisata, lo que se llama la época de oro de la Educación
Indigenal y que fueron impulsados y protegidos por la política educativa de los
gobiernos de los presidentes José Luis Tejada Sorzano, David Toro y Germán
Busch.
Año 1940, Sistema Nuclear en Latinoamérica; Bolivia impulsa y organiza el Primer
Congreso Indigenista Latinoamericano, que debía realizarse en Warisata y que se
llevó a cabo en México, a donde lleva una ponencia que resume los principios
ideológicos de la Escuela Ayllu de Warisata y que fue aprobada a nivel
internacional. Los gobiernos de México, Perú, Ecuador, Guatemala, EEUU,
Venezuela, Colombia, desarrollan políticas educativas bajo las recomendaciones
del Congreso, posteriormente Cuba las aplicaría totalmente.
Mientras en México admiraban los avances realizados en
Bolivia, en la misma patria de origen, tras la caída del Presidente Germán
Busch, la rosca minero feudal arremete contra los Núcleos Indigenales, sus
directores son destituidos, las escuelas saqueadas, los estudiantes
perseguidos, lo más atroz sucedió en el núcleo de Casarabe, donde los
trescientos educandos fueron asesinados con el pretexto de que las escuelas
eran células comunistas.
Si comparamos con los diez años de Capitalización y
Reforma Educativa, más los trescientos millones de dólares invertidos ¿Qué
logramos? Nada, pero ¿Cómo es posible que en menos de diez años la escuela de
Warisata, haya desarrollado tanto hasta irradiar sus técnicas al continente
Americano? El secreto está en el Modelo de Ayllu, que es la forma de pensar y
actuar del hombre andino.
Es tan importante este descubrimiento, que a partir de
ahora empieza la era del indigenismo técnico, el Pachakuti, pues todas las
propuestas deberán llevar el sello inconfundible del Modelo de Ayllu, que se
contrapone al Modelo Neoliberal, fundamentado en antivalores. La cuestión será
cómo utilizar esos principios como variables en los distintos proyectos.
Este modelo sistematizado era casi un misterio, el cual
en vano buscaron los antropólogos, sociólogos o investigadores en esta parte de
América y que estaba oculto en el libro de Warisata Escuela- Ayllu, que
nuestros abuelos nos dejaron “Como testamento para las generaciones futuras” y
que contiene toda la sabiduría del mundo andino, de las naciones originarias,
del Imperio Incaico, del antiguo Aby Yala.
El Modelo de Ayllu, se basa en cinco valores o principios
universales más uno, la liberación, la organización comunal, la producción
comunal, la revalorización de la identidad cultural, la solidaridad y
reciprocidad, y la comunidad como sustrato de ellos; representando el cuerpo y
los cinco miembros mutilados de TupakKatari, que fueron esparcidos por varias
provincias, simbolizando el Ayllu perforado, dividido. Unir esos aspectos es
volver a estructurar el Ayllu y cumplir lo que dijo Tupak Katari, “volveré y
seré millones”.
La presente sistematización abre muchas expectativas en
historia, pedagogía, literatura y filosofía, sin tocar las demás ciencias como
sociología, antropología, etnografía, y muchas otras. Históricamente, Warisata
Escuela- Ayllu, es el hito más importante en la República.
Pedagógicamente es la única experiencia Indigenal de esa
clase en la vida nacional. Literariamente, los comunarios, en su afán de leer y
escribir, habían escrito una epopeya. Filosóficamente, dicho modelo nos brinda
un sinfín de posibilidades para lograr muchos objetivos como una Revolución
Cultural de las Naciones Originarias, leyes, propuestas municipales hasta la
esperada asamblea Constituyente, pues responde a nuestro peculiar modo de ser y
pensar.
Liberación.-
El anhelo de aprender a leer y escribir como forma de reivindicación de los
derechos de los indígenas y la defensa de las tierras comunales, les hicieron
tomar conciencia de que no se podían educar para pongos, así la educación
generó un movimiento social bajo una Causa Sagrada o fuego liberador.
La construcción de escuelas era un deber ineludible que
se lo realizaba bajo juramento comunitario, logrando el desarrollo humano con
un
entusiasmo inusitado, siendo factores de autodeterminación para los pueblos originarios. La educación como esperanza y futuro, era una nueva forma de rebeldía indígena, que no estaban dispuestos a tolerar los patrones y miembros de la clase media gobernante.
entusiasmo inusitado, siendo factores de autodeterminación para los pueblos originarios. La educación como esperanza y futuro, era una nueva forma de rebeldía indígena, que no estaban dispuestos a tolerar los patrones y miembros de la clase media gobernante.
Organización comunal.- El autogobierno y organización del núcleo de la Escuela
y el Ayllu o de los otros 16 núcleos, lo ejercía el Consejo, Parlamento Amauta,
Cabildo o Capitanía, con férrea, honrada y disciplinada dirección logrando el
éxito en cada una de sus sabias decisiones; instituciones que recordaban la
Ulaqa ancestral, válidas tanto para el oriente como el occidente.
Una asamblea comunal elige representantes por consenso,
formando un Consejo Administrativo, a su vez se desprenden las Comisiones, que
ejercían prácticamente el mandato, y ambas son articuladas por un Director. Su
gestión se realiza por prestigio y en retribución a la Comunidad, ésta última
como sustrato de la Escuela.
Producción Comunal.- La estrategia educativa productiva del Aula, Taller,
Sembrío, Ayni y Ma Ch´amaki, (Un solo esfuerzo) desarrolló industrias,
cooperativas, ferias y empresas agropecuarias, dirigidas al autoabastecimiento
mejorando las condiciones y calidad de vida.
Es de preguntarse qué no tenían, pues sus despensas
estaban siempre llenas, ya que en los talleres y sembradíos se producía de
todo, no sólo cosas utilitarias, -ya que el Palacio de la educación salió
íntegramente de los materiales de la región circundante y de las manos de los
comunarios - sino artísticas, dando origen al arte neo InDio.
Revalorización de la identidad cultural.- Un componente de identidad cultural
muy fuerte emanaba de este centro educativo, que revalorizó todo lo que
significaba nuestra cultura, enalteciendo y protegiendo los valores
morales,éticos, estéticos, religiosos, ecológicos, idiomáticos, patrimoniales,
etc. Pues su misma estructura se basaba en los fundamentos del Ayllu y la
Marka, herencia de varios siglos atrás. Demostrando que tales conocimientos,
eran
actuales y productivos.
actuales y productivos.
Solidaridad y Reciprocidad.- El consenso, la colaboración y
compromiso comunal en las actividades escolares sin diferencias sociales de
tipo étnico-económicas, bajo instituciones tutelares ancestrales como el Ayni,
la Mink´a, la Utawawa, la Tayka, la Marka y otras, es la expresión de complejas
relaciones de intercambio-retributivas- económico-éticas: de y hacia el ser
comunario, la comunidad, la tierra e ideales, logrando la prosperidad y
expansión
geopolítica del campo hacia la ciudad, (sistema nuclear), la nación y Latinoamérica.
geopolítica del campo hacia la ciudad, (sistema nuclear), la nación y Latinoamérica.
La Comunidad.- Es el sustrato de los valores
o principios fundamentales del Modelo de Ayllu, también puede representar a la
sociedad, la ciudad o el Municipio.
Fue una época gloriosa y trágica, nació un 2 de agosto de
1931, tuvo un desarrollo excepcional y fue destruida miserablemente en 1940,
por el mismo Ministerio de Educación que estaba al servicio de la rosca minero
feudal de ese entonces...
No me equivocaba al decir que era una Biblia y que Dios
me perdone, pero una Biblia para predicar, llena de sabiduría, amor, entrega y
apostolado. Así se rescataría finalmente “Warisata Escuela-Ayllu” de 1931 a
1940, cuasi una década que parecía irremediablemente perdida, obnubilada, y
sobrepuesta por los falsos brillos de la revolución de 1952.
Es injusto que educadores, historiadores, políticos,
indianistas, indigenistas o artistas, desconozcan por completo el verdadero
origen de la revolución del 52.
Porque esa revolución no se hizo de la noche a la mañana.
El 52, se había iniciado en 1931, en Warisata. Lastimosamente de la revolución
que irrumpe se apodera la clase media, los destellos que luce opacan todo lo
hecho hasta entonces y lejos de volver la vista 10 años atrás, se dispara en
otro sentido y 50 años más adelante, acaba en una revolución agotada en sí
misma.
No podía ser peor el resultado de esas tierras repartidas
como queso, más miserables que antes, con altos índices de analfabetismo y
desnutrición, pese a supuestas leyes de Reforma Educativa, instalación de miles
de escuelitas pobres y asesores pedagógicos.
Bolivia como Estado se debate en el caos, la injusticia
social, la corrupción, la crisis de valores e identidad cultural, la falta de
empresas e industrias, la desesperante miseria en el campo, el aislamiento
pasivo de la ciudad, la violencia, la inseguridad ciudadana, el más altoíndice
de mortalidad infantil, la intervención de un imperio, la política
neoglobalizadora de las transnacionales que exacciona capitales y materias
primas, males que sin embargo
sucesivos gobiernos en dictadura o democracia, no se han remediado...
sucesivos gobiernos en dictadura o democracia, no se han remediado...
Rindamos un homenaje a esos apóstoles sufridos,
escarnecidos, perseguidos y olvidados por las armas de una revolución mal
entendida y peor llevada. Obras son amores y no buenas razones.
Warisata, no había cumplido ni diez años desde que empezó
con el primer adobe y las primeras letras cuando ya había sacado dos primeras
promociones de maestros rurales, se expandió en dieciséis núcleos por toda la
nación y obtuvo resoluciones en materia educativa aprobadas en el Primer
Congreso Indigenista Latinoamericano.
¿Cuál era el secreto de tanto prodigio? El modelo de
Ayllu o el paradigma lógico andino, ¿Qué sería actualmente la Escuela después
de setenta años de su inauguración si no la hubieran destruido? Sin duda alguna
hoy florecería ya una Universidad, tendría Institutos de Investigación, de
Experimentación y de Intercambio Cultural, cientos de fábricas e industrias y
no existirían diferencias entre la educación en la ciudad o el campo, sería
quizás mucho mejor y atrayente la educación en el área rural. El InDio se
alzaría orgulloso de ser el incorruptible defensor de nuestros recursos
naturales, el guardián, el abanderado de la educación, de la producción y el
generador del desarrollo de la nación y de Latinoamérica.
Tendríamos generaciones de intelectuales y artistas
aymaras, quechuas, guaraníes, de una Bolivia transformada con dignidad y
cultura propia. Nuestros vecinos deseando venir a Warisata para intercambiar
conocimientos y obligaciones con los comunarios. El campo sería una maravillosa
ciudad...
El peor enemigo es el olvido o relegarla a un
conocimiento superficial, como cuando fui a comunicar mi deseo de presentar
este tema al concurso me dijeron que no era necesario ni estaba considerado
dentro la expectativa del concurso, pues para los funcionarios del CEBIAE, era
un experimento histórico, como decir de la prehistoria y fue admitido a duras
penas por el delito de no ser actual, otros le confieren sólo un ámbito
geográfico diciendo que eso sólo existió allá en esa idílica isla que fue Warisata
o deducir que las enseñanzas del Ayllu sólo son buenas para el altiplano no así
para el oriente ¿Estarán los motivos ocultos en la Reforma Educativa? ¿En el
mismo sistema capitalista neoglobalizador? ¿En la ignorancia? ¿En la flojera
del sistema normalista tradicional? Como fue una experiencia que sucedió hace
más de sesenta años fue dificultosa su reconstrucción ya que tenemos muy pocos
documentos escritos tomando en cuenta que había intereses creados en ocultar
esa década. Se utilizaron cuatro fuentes básicas.
Primero el texto de Warisata Escuela-Ayllu, de Elizardo
Pérez, quien recibió del Parlamento Amauta el insólito encargo de escribir la
Historia de Warisata, veinte años después de la destrucción de las escuelas,
como “Testamento para las generaciones futuras” Siendo el mismo Parlamento
Amauta y el Cabildo de Llica, los que asumieron el financiamiento de la obra.
Segundo, adjunto en forma de vídeo, la exposición
fotográfica “Warisata Mía”, de Don Carlos Salazar Mostajo, cuyas fotografías
corroboran exactamente lo que se dice en el libro mencionado.
Tercero, la obra de Don Carlos Salazar Mostajo como de
consulta, cuya bibliografía se adjunta al final. Por que a lo largo de toda su
vida se ocupó de defender la Escuela analizando serenamente las continuas
críticas de que era objeto para identificar la naturaleza de sus detractores y
sobreponerse a ellos.
Cuarto, para corroborar lo escrito en el libro, invitamos
a visitar el palacio que majestuoso y misterioso se alza en la pampa camino a
Sorata.
El viajero no se explicará nunca qué hace allí ese
edificio único en su género, en medio de la árida pampa del Altiplano, donde
todas sus bellezas dignas de ver son iglesias, paisajes o ruinas prehispánicas,
sin embargo esta artística Escuela, de estilo neo tiahuanacota, que se divisa
en la altipampa a los pies del majestuoso Illampu, existe todavía como
impertérrito testimonio de esa admirable epopeya y fue construido en el fragor
de la lucha por la liberación indígena, sin proyectistas, ni consultores, ni
arquitectos, ni ingenieros, ¡sino por humildes pero audaces comunarios,
profesores, artistas, estudiantes, el maestro de carpintería, de herrería, de
albañilería y el director!.
Hasta ahí creímos en la humildad y sencillez de los
constructores de Warisata, sin embargo, posteriormente, corrigiendo el texto,
se insertó un capítulo con breves biografías, entonces se descubrió que algunos
Amautas, bajo la apariencia de humildes InDios, eran maestros iniciados en
misterios esotéricos y que la construcción misma de la Escuela, reflejaba las
enseñanzas eternas que ellos quisieron darnos.
Estábamos frente a un caso parecido a los maestros que
construyeron las catedrales de Europa, legando a la humanidad enseñanzas
universales, lo que se llamó el Misterio de las Catedrales.
Hay que pensar que los constructores no disponían del
caudal de materiales y artistas que enriquecieron la edad media. Nuestros
Amautas aún con los pocos recursos que contaban en el yermo altiplánico
pudieron elevar un templo sagrado del saber. De la misma manera Warisata
Escuela-Ayllu, entraña todavía muchos enigmas, por lo que Warisata es eterna.
También hay que tomar en cuenta lo extenso del tema
debido a que fueron 16 núcleos educativos que se establecieron en toda la
Nación cuya influencia se irradió a Latinoamérica, cada uno de ellos tiene una
magnífica historia, pero sólo me referiré al núcleo de Warisata.
Por otro lado, al haber sucedido hace muchos años, los
actores principales no están más para evaluar y sería una ardua tarea reunir
nuevamente a los beneficiarios que tal vez sobreviven en el campo...
La presente sistematización nos revela algo increíble, es
decir, un secreto que estuvo guardado celosamente por siglos: Se encontró el
paradigma lógico andino o la estructura del pensamiento andino, es decir, es la
manera de cómo piensa y actúa el hombre andino, bajo una normativa comunitaria,
porque el pensar va siempre unido al actuar, en otras palabras podríamos decir
que actuar es lo mismo que reproducir su vida de acuerdo a una identidad cultural.
Esa reproducción contempla relaciones de intercambio
económico, de producción agrícola, de sus instituciones políticas o de su
cosmovisión, todo este relacionamiento transcurre bajo un sólido modo de
organización comunal.
La idea de liberación es un ideal que está presente
siempre en su vida, pues nunca olvida que han sido conquistados y piensa que
debe liberarse, de ahí la disciplinada adhesión a sus autoridades que trabajan
disimuladamente por su libertad o la esperanza de su liberación.
La solidaridad y reciprocidad son elementos que logran la
unión o integración de la comunidad a la vida social, el pensarse de manera
comunitaria como partes de un todo es una característica, al contrario del
pensamiento occidental que se piensa de manera individual Todo lo contrario de
la lógica del pensamiento occidental que es un pensar meramente teórico y
pasivo.
Conclusión.
La
investigación y la reflexión sobre cómo transponer la crisis del país con la
ayuda de la educación en democracia, impulsa a hablar de acciones importantes
en las políticas educativas del Estado:
a) Reconstruyendo las experiencias pedagógicas del aprendizaje productivo y el trabajo en comunidad, porque la “educación orientada en y hacia el trabajo constituye una educación liberadora y emancipadora”[v].
b) Articulando una filosofía de la educación del trabajo creativo socializado - comunitario que responda a la necesidad de la sociedad plurinacional.
Por lo tanto, la visibilización y la sistematización del pensamiento filosófico educativo productivo de la Escuela Ayllu y de otras experiencias pedagógicas es base esencial, ahora, para una convivencia humana liberadora que genere una Revolución Educativa hacia el aprendizaje productivo - comunitario, tanto para salir de la dependencia y la pobreza como para la reconstitución del país plurinacional.
a) Reconstruyendo las experiencias pedagógicas del aprendizaje productivo y el trabajo en comunidad, porque la “educación orientada en y hacia el trabajo constituye una educación liberadora y emancipadora”[v].
b) Articulando una filosofía de la educación del trabajo creativo socializado - comunitario que responda a la necesidad de la sociedad plurinacional.
Por lo tanto, la visibilización y la sistematización del pensamiento filosófico educativo productivo de la Escuela Ayllu y de otras experiencias pedagógicas es base esencial, ahora, para una convivencia humana liberadora que genere una Revolución Educativa hacia el aprendizaje productivo - comunitario, tanto para salir de la dependencia y la pobreza como para la reconstitución del país plurinacional.